viernes, 26 de diciembre de 2008

El mito de los días epagómenos


En su origen, el año egipcio contaba tan solo con 360 días.

Según la leyenda, Geb (la Tierra) y Nut (el cielo) estaban tan unidos amándose que no quedaba espacio entre ellos. Esta situación enfureció a Atum (el primer dios que cobró forma, "aquel que vino a la vida por sí mismo", señor de Heliópolis, abuelo de Nut y Geb). Así que ordenó a su hijo Shu, dios del aire y padre de ambos nietos, que los separase.

Para ello, Shu se colocó sobre Geb sosteniendo la cabeza de Nut, de forma que no pudieran tocarse el uno al otro. Sin embargo, Nut había quedado ya embarazada. Atum, enfadado, le prohibió dar a luz en cualquiera de los 360 días que componían el año. Thot, dios de la sabiduría, nacido de Atum, decidió ayudar a Nut y para ello desafió a Khonsu, dios lunar que se encargaba de medir el tiempo, a una partida de senet (juego parecido al backgammon, muy popular en Egipto), pidiendo tiempo a cambio cada vez que venciese. Este dió tiempo y luz de luna por cada partida perdida, y ese es el origen de las fases lunares.

Así Thot ganó a Khonsu los cinco días epagómenos y el año tuvo desde entonces 365 días, de modo que Nut pudo dar a luz a sus cinco hijos: Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis.

¡FELIZ AÑO NUEVO! (Gracias a Thot, claro :-))

viernes, 19 de diciembre de 2008

"Estos días azules y este sol de la infancia"


«Se cumplen sesenta años de la muerte de Antonio Machado, en las postrimerías de la guerra civil. De todas las historias de aquella historia, sin duda la de Machado es una de las más tristes, porque termina mal.

Se ha contado muchas veces. Procedente de Valencia, Machado llegó a Barcelona en abril de 1938, en compañía de su madre y de su hermano José, y se alojó primero en el Hotel Majestic y luego en la Torre de Castañer, un viejo palacete situado en el paseo de Sant Gervasi. Allí siguió haciendo lo mismo que había hecho desde el principio de la guerra: defender con sus escritos al gobierno legítimo de la Repú­blica. Estaba viejo, fatigado y enfermo, y ya no creía en la derrota de Franco; escribió: "Esto es el final; cualquier día caerá Barcelona. Para los estrategas, para los políticos, para los historiadores, todo está claro: hemos perdido la guerra. Pero humanamente, no estoy tan seguro... Quizá la hemos ganado". Quién sabe si acertó en esto último; sin duda lo hizo en lo primero. La noche del 22 de enero de 1939, cuatro días antes de que las tropas de Franco tomaran Barcelona, Machado y su familia partían en un convoy hacia la frontera francesa. En ese éxodo alucina­do los acompañaban otros escritores, entre ellos Corpus Barga y Carles Riba. Hicieron paradas en Cerviá de Ter y en Mas Faixat, cerca de Figueres. Por fin, la noche del 27, después de caminar seiscientos metros bajo la lluvia, cruzaron la frontera. Se habían visto obligados a abandonar sus maletas; no tenían dinero. Gracias a la ayuda de Corpus Barga, consiguieron llegar a Collioure e instalarse en el hotel Bougnol Quintana.

Menos de un mes más tarde moría el poeta; su madre le sobrevivió tres días. En el bolsillo del gabán de Antonio, su hermano José halló unas notas; una de ellas era un verso, quizás el primer verso de su último poema: "Estos días azules y este sol de la infancia".» La historia no acaba aquí. Poco después de la muer­te de Antonio, su hermano el poeta Manuel Machado, que vivía en Burgos, se enteró del hecho por la prensa extranjera. Manuel y Antonio no sólo eran hermanos: eran íntimos. A Manuel la sublevación del 18 de julio le sorprendió en Burgos, zona rebelde; a Antonio, en Madrid, zona republicana. Es razonable suponer que, de haber estado en Madrid, Manuel hubiera sido fiel a la República; tal vez sea ocioso preguntarse qué hubiera ocurrido si Antonio llega a estar en Burgos. Lo cierto es que, apenas conoció la noticia de la muerte de su herma­no, Manuel se hizo un salvoconducto y, tras viajar duran­te días por una España calcinada, llegó a Collioure. En el hotel supo que también su madre había fallecido.

Fue al cementerio. Allí, ante las tumbas de su madre y de su her­mano Antonio, se encontró con su hermano José. Hablaron. Dos días más tarde Manuel regresó a Burgos.»Pero la historia —por lo menos la historia que hoy quiero contar— tampoco acaba aquí. Más o menos al mismo tiempo que Machado moría en Collioure, fusilaban a Rafael Sánchez Mazas junto al santuario del Collell. Sánchez Mazas fue un buen escritor; también fue amigo de José Antonio, y uno de los fundadores e ideólogos de Falange. Su peripecia en la guerra está rodeada de misterio. Hace unos años, su hijo, Rafael Sánchez Ferlosio, me contó su versión. Ignoro si se ajusta a la verdad de los hechos; yo la cuento como él me la contó. Atrapado en el Madrid republicano por la sublevación militar, Sánchez Mazas se refugió en la embajada de Chile. Allí pasó gran parte de la guerra; hacia el final trató de escapar camufla­do en un camión, pero le detuvieron en Barcelona y, cuando las tropas de Franco llegaban a la ciudad, se lo lle­varon camino de la frontera. No lejos de ésta se produjo el fusilamiento; las balas, sin embargo, sólo lo rozaron, y él aprovechó la confusión y corrió a esconderse en el bosque. Desde allí oía las voces de los milicianos, acosándo­le. Uno de ellos lo descubrió por fin. Le miró a los ojos. Luego gritó a sus compañeros: "¡Por aquí no hay nadie!". Dio media vuelta y se fue.»"De todas las historias de la Historia", escribió Jaime Gil, "sin duda la más triste es la de España, / porque ter­mina mal." ¿Termina mal? Nunca sabremos quién fue aquel miliciano que salvó la vida de Sánchez Mazas, ni qué es lo que pasó por su mente cuando le miró a los ojos; nunca sabremos qué se dijeron José y Manuel Machado ante las tumbas de su hermano Antonio y de su madre. No sé por qué, pero a veces me digo que, si con­siguiéramos desvelar uno de esos dos secretos paralelos, quizá rozaríamos también un secreto mucho más esen­cial»

Javier Cercas, "Soldados de Salamina", 2001.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Mis escenas favoritas II: El Ejército de las Tinieblas (Sam Raimi, 1992)

Un poco de sentido del humor, tras dos entradas algo densas. La escena pertenece a "El ejército de las Tinieblas", una comedia fantástica de terror de Sam Raimi. Ash, el dependiente de unos grandes almacenes hace un viaje (involuntario, claro) a la Edad Media, donde el caos reina. Con sus armas modernas (Una escopeta y una motosierra de sus grandes almacenes ayudará a combatir el Mal. Pero debe hacerse con el Necronomicón, un libro maldito que estaba en un viejo cementerio (cómicamente siniestro). El hombre sabio del pueblo le ordenó que antes de cogerlo, SIN FALTA, dijera las palabras ¡CLATU, VERATA, NICTU! Pero...

Esta entrada está dedicada a Leyre, que me ha ayudado a ponerle el nuevo look al blog (¿no ha quedado mal del todo, no? Aunque no me ha salido todo lo bien quería).



miércoles, 26 de noviembre de 2008

El viaje nocturno del Sol




Durante las horas nocturnas, El Sol (Ra) viaja por le mundo subterráneo (Am Duat) en una barca protegido por una tripulación compuesta de dioses y reyes fallecidos. Los egipcios establecieron varias divisiones de este viaje nocturno del Sol en el que debía vencer a varios seres demoníacos para poder revivir a la mañana siguiente convertido en Ra-Kheper, el dios escarabajo que simboliza el renacimiento y el Sol de la mañana. Estas son las etapas de su viaje.Clika en el número de la división para ver la imagen.


Prólogo/Primera hora

Igual que en el Amduat, el Prólogo/Primera Hora de la noche es un punto de transición antes de que el Más Allá en sí empiece con la Primera Puerta. Dos postes con cabeza de carnero ó de chacal representan la autoridad del dios, que inflinge el castigo o recompensa a los habitantes de la Duat.

Primera división/Segunda hora

La barca del dios sol entra en la primera división/segunda hora a través de una puerta que está guardada por una serpiente: El Guardián del Desierto.

En la primera división/segunda hora, se debe distinguir entre el registro superior de la composición, con los Bas bienaventurados, en una procesión de veinticuatro figuras masculinas, donde los doce primeros son (de izquierda a derecha), “Los que están en paz que veneran a Ra”, y los doce siguientes “Los Justos que están en la Duat”, y el registro inferior, con los condenados, que ahora son reprendidos de forma muy dura por Atum. Los Cuatro Extenuados se representan, junto con los "enemigos".

Segunda división/Tercera hora

Para alcanzar la segunda división, la barca solar tiene que pasar a través de una puerta fortificada guardada por dioses y serpientes que escupen fuego. A lo largo de la pared exterior hay de pie nueve divinidades momiformes. A la entrada y a la salida del paso entre dos paredes almenadas hay un guardián divino. Detrás de la fortificación hay una puerta guardada por una serpiente erguida sobre su cola. Una Puerta similar protege todas las siguientes divisiones del Libro de las Puertas, donde lo que cambia principalmente, es el nombre de las deidades.

La segunda división/tercera hora, introduce algunos motivos como la resurrección de las momias y su situación en los sepulcros, mediante un grupo de doce momias de pie en capillas con las puertas abiertas y una enorme serpiente tendida sobre las capillas. Aquí también aparece representado el lago ambivalente del fuego, en donde el agua se convierte en fuego para los malditos, y donde los bienaventurados se abastecen de las mismas llamas.

La barca de Ra avanza hacia un varal con cabezas de toro arrastrado por ocho dioses momiformes. En el varal hay siete figuras sentadas y dos toros mirando en direcciones opuestas. La barca de RA pasa a través del varal, indicado en la representación por medio de la cuerda que entra y sale de las fauces de los toros y de los cuatro remolcadores que emergen al otro lado del varal. Son recibidos por cuatro figuras cuyos cuerpos y brazos están amortajados. Es una representación condensada y simbólica de su viaje completo por las profundidades de la tierra.

En el registro inferior hay dos grupos que ayudan a Atum a rechazar a su enemigo: En el primer grupo, Atum reclinado en un bastón y, frente a él, Apep y una Enéada 'El consejo que rechaza a Apep ' andando hacia él. En el segundo grupo, otro dios reclinado en un bastón es recibido por nueve dioses con cetros: “Los Señores de las Provisiones”.

Tercera división/Cuarta hora

La puerta de la tercera división es como la anterior, cambiando los nombres de las divinidades.

Dos superficies de agua dominan el registro superior de esta división. Se llaman el lago de la Vida, protegido por chacales y el lago de las cobras, siendo ambos variaciones del lago de fuego representado con anterioridad en la segunda división/tercera hora.

En el registro central, el dios sol es el causante de la resurrección y aprovisionamiento de las momias en sus sepulcros, todavía no levantadas, que están delante de la barca. La siguiente escena representa el cambio de hora, con la serpiente del tiempo, representada con sus múltiples anillos, y las doce diosas que personifican las horas.

Una gran figura de Horus se apoya en un bastón y cuida de su padre difunto. Once dioses del séquito de Osiris, caminan hacia una capilla que contiene la figura de Osiris de pie sobre una serpiente que le protege. Hay Una gran cobra delante de la capilla. Al otro lado, doce dioses avanzan hacia ella. Detrás de ellos cuatro figuras masculinas inclinadas delante de cuatro “fosos de fuego” castigan a los enemigos de Osiris. Al final del registro una figura con barba sujeta un cetro.

Cuarta división/Quinta hora

La puerta es similar a la anterior, pero los dos guardianes tienen cabeza de chacal.

La cuarta división/quinta hora es una de las más complejas dentro de la composición. En el registro superior los dioses están representados con una cuerda para medir, porque los difuntos tienen asignado un espacio en forma de campo dentro de esta división/hora. Los difuntos tienen, así mismo, asignado tiempo, y por tanto los dioses llevan el cuerpo de una serpiente y el símbolo de duración queriendo representar con ello el “Tiempo de Vida” en el registro inferior. Para lograr esto, Apep llamada aquí “La que se mueve” debe ser combatida e inmovilizada.

Una figura de Horus apoyado en un bastón. Delante de Él marchan diez y seis figuras representando a las cuatro razas: Egipcios, Asiáticos, Negros, y Libios. Cada raza está representada por cuatro figuras, y a todos ellos se les garantiza vida después de la muerte, asignándoles como cuidadores a Horus y Sejmet.

Las razas extranjeras, tienen también aquí, lugar reservado en el mundo de los muertos.

Quinta división/Sexta hora

La cuarta división va seguida de la entrada de la quinta división. Los dioses que están colocados junto a la pared exterior de la entrada son doce. El espacio entre la entrada y la puerta ha sido ampliado y forma la Sala de Osiris.

Todas las inscripciones son enigmáticas y no han sido descifradas hasta ahora. En KV 9 el texto está corrupto. La mejor versión parece ser la de la tumba de Horemheb. La Sala de Osiris también se representa en el Sarcófago de Sethy I y en las tumbas de Ramsés II y Ramsés III así como en el Osireión.

La Sala de Osiris tiene un techo almenado y contiene una escalera de nueve peldaños, en cuya parte superior Osiris, sujetando el signo de la vida y un báculo, aparece sentado en un trono. En los escalones hay nueve dioses de pie. Delante de Osiris hay una balanza; Una momia de pie lleva los brazos de la balanza en sus hombros. Desde el techo sobre la cabeza de Osiris cuatro cabezas de antílopes africanos aparecen colgadas cabeza abajo. En la esquina superior derecha de la representación hay una figura de pie de Anubis. Un poco más abajo de él hay un mono sujetando un palo curvado. Detrás del mono hay una barca que contiene un cerdo (poder hostil) y otro mono idéntico. Ésta es la única representación del juicio de los muertos en cualquiera de los libros del Mas Allá, y se distingue por el uso de escritura criptográfica. Nueve figuras divinas aparece n en los escalones, mientras que los enemigos están escondidos, de forma que no se ven, bajo las plantas de sus pies, y son condenados a la destrucción.

En el registro superior hay tres grupos de doce dioses. El primer grupo de dioses sujeta arpones bífidos para alejar a Apep, en el segundo grupo, Apep, con doce cabezas humanas saliendo de su cuerpo, tiene que liberarlas ahora, después de haberlas devorado anteriormente. El tercero lleva una cuerda con doble lazo representando al tiempo, atada al cuello de una momia de pie que es el dios Aken.

En el registro central, el cadáver del dios sol, inmediatamente delante de la barca y sus remolcadores, es invisible. Está siendo llevado por los dioses con los brazos ocultos que son también invisibles debido a su contacto con el cadáver. En el registro inferior, hay momias yacentes en un largo féretro en forma de serpiente de modo que puedan participar en la unión con el Ba y su resurrección.

Sexta división/Séptima hora

En la sexta división/séptima hora, el motivo principal es la eliminación de todas las causas que pueden afectar al renacimiento del sol.

En el registro superior encontramos dos grupos de dioses, uno con cestas llenas de grano como muestra de su aprovisionamiento material, y otro con plumas de Maat como símbolo de su justificación después del juicio de los muertos. La barca de Ra con cuatro remolcadores avanza hacia un grupo compuesto por un dios apoyado en un cetro y siete postes con cabeza de chacal con dos enemigos atados a cada uno. Mirando a cada mástil hay un dios de pie con los brazos cruzados sobre su pecho. La última figura del registro es un dios que sujeta un cetro.

Llegada del Gran Dios a los postes Useru de Gueb, a los cuales son asignados los enemigos después de que el juicio ha ya sido pronunciado en el Oeste. Estos enemigos están destinados a ser degollados de acuerdo con lo decretado por Ra en sus planes.

En el registro inferior hay dos grupos de divinidades: doce figuras, cada una atendiendo un a enorme espiga de grano, y siete segadores, cada uno sujetando una hoz, que simboliza la abundancia en las cosechas por los rayos de un sol renacido.

Séptima división/Octava hora

Doce dioses llevan una cuerda, por las espirales emergen cuatro signos con forma de M, cuatro cabezas de halcón, y cuatro cabezas humanas. Otros doce dioses llevan una serpiente con once estrellas colocadas sobre sus espirales. Un dios con barba avanza para encontrarse con esta procesión.

De nuevo encontramos la descripción del tiempo infinito representada como una cuerda sin fin que se desenrolla hora tras hora, junto con los dioses que llevan la serpiente, que "produce misterios". En el registro medio, la barca del dios sol con sus cuatro remolcadores es precedida por doce dioses sujetando cetros. Cuatro figuras momiformes de pie delante de ellos. Los "Señores de las Provisiones en Occidente", que están de pie delante de la barca, asignan provisiones a los bendecidos mientras que al mismo tiempo infligen castigo a los enemigos. En el registro inferior un dios apoyado en un bastón se dirige a doce dioses con barba que se levantan de sus divanes y están, por tanto, en proceso del resurrección. Cerca, un consejo de jueces los protege.

Octava división/Novena hora

En el registro central de la Octava División/Novena Hora, el tema es similar al de la décima hora del Amduat. La barca de RA con cuatro remolcadores se mueve hacia un dios apoyado sobre un bastón cerca de un estanque de agua. En el estanque hay diez y seis figuras masculinas desnudas en diferentes grupos de cuatro flotando en las aguas primitivas de Nun. Las aguas los están revitalizando y por lo tanto serán resucitados. Encontramos que sus narices respiran el aire, y sus Bas no serán destruidos de modo que compartirán su existencia con los bendecidos. Las almas de los bendecidos aparecen en el registro superior. Delante de ellas El Consejo que da pan a los justos y vegetales a los Bas en la Isla de la Llama.

Por el contrario, en el registro inferior encontramos, una vez más, a los condenados atados de diferentes formas. Estos son quemados por El Ardiente, una serpiente enorme que ha sido llamada por Horus por las atrocidades que han cometido contra su padre, Osiris. Los hijos de Horus están de pie en los anillos de esta gran serpiente.

Novena división/Décima hora

El registro medio de la Novena División/Décima Hora se dedica en su totalidad a representar la batalla contra Apep. Catorce divinidades sujetan redes que contienen energías mágicas sobre sus cabezas. Esta magia hace a APEP indefenso. Ellos pronuncian sus palabras mágicas:

¡Salve, rebelde! APEP está atado, el que hace el mal ! (dy Dwt.f) ¡Tu cara es destruida, Oh APEP! Acércate al bloque de matanza, los cuchillos están en tu contra, vas a ser cortado en trozos. Quizás GUEB, como "El Anciano" ata cuerdas alrededor del cuerpo de la serpiente, no permitiendo a la misma acercarse a la barca del GRAN DIOS. En el registro superior e inferior encontramos manifestaciones especiales del dios sol. En el superior, lo representan como un león con cabeza de halcón de cuyos cuartos traseros emerge una cabeza humana seguido por dos serpientes que ayudan en el castigo de APEP y de todos sus enemigos. En el registro inferior, de las espirales de la serpiente Jepri sale un halcón, el HORUS de la DUAT. Está conectado con otras figuras por una cuerda continua. El texto que acompaña a esta escena señala que el viaje ahora está procediendo hacia el cielo. (“Los caminos de la región misteriosa están abiertos para ti. Los portales que están en la tierra se despliegan para tu Ba para que pueda descansar en NUT. Te conducimos entre los lagos de la región de Kenset. ¡Salve! Tú entras en el Este, viajas entre los muslos de tu madre”).

Décima división/Undécima hora

En la Décima División/Undécima Hora, encontramos, en el registro superior, a un Apep desmembrada, herida e inofensiva. Atada al cuello de la serpiente APEP hay una larga cuerda sobre la que yace una figura con los brazos estirados hacia la cabeza de la serpiente. La cuerda está sujeta por dieciséis dioses, cuatro mirando a la izquierda y doce a la derecha, y por una mano enorme que emerge del suelo. En el registro central se ve la cara del DISCO que viaja en una barca acompañada por dioses que llevan estrellas. La dualidad, las fuerzas del bien y del mal, Horus y Seth, están reconciliadas y ahora constituyen una única figura. Encontramos, en el registro inferior, a los remeros del dios, junto con las diosas de las horas; tiempo y energía. Propulsarán la barca hacia el horizonte Oriental. Aquí, la batalla en la DUAT está obviamente ganada, ya que algunos dioses están ya anunciando al dios en el horizonte, y sus llamadas son un anticipo del clamor que acompaña a la salida del sol.

Undécima división/Duodécima hora

En la Undécima División/Duodécima Hora, el dios sol llega a la puerta "Misteriosa de Accesos", a través de la cual ocurrirá el milagro de su renacimiento. En el registro superior, los dioses llamdados "Los que llevan luminosidad”, por los discos solares que llevan en sus manos. Las estrellas anuncian una vez más la aparición del sol, y las diosas entronizadas sobre serpientes adoran al sol niño cuando ha aparecido en sus formas. Delante de la barca, yace encadenada Apep que no puede detener la salida del sol. Justo detrás, cuatro babuinos, con los brazos levantados en señal de júbilo, anuncian al dios sol en el horizonte del este. Diversos motivos son representados en el registro inferior, incluyendo las coronas que deben ser usadas como símbolos de poder al dejar la Duat. Los cuatro dioses dolientes se lamentan por Osiris, después de que RA ha salido del Occidente, porque Él debe permanecer en la Duat. La puerta final, a través de la cual el dios sol emergerá sobre el horizonte, está guardada por Isis y Nephthys, en la forma de cobras.

Duodécima división/Escena de cierre

La escena final no se divide en registros como las anteriores. La duodécima división contiene solamente una representación, simbolizando el movimiento eterno del sol: La barca solar es levantada desde las aguas primigenias por las manos de NUN; en la barca el nuevo sol nace en la forma de escarabajo sagrado con el disco solar. Está colocado entre las diosas ISIS y NEFTYS y una tripulación de ocho dioses. Desde arriba, el disco llevado por el escarabajo es recibido por la diosa del cielo NUT, que está de pie en la cabeza de OSIRIS que personifica la DUAT. Un disco enfrente de la barca pasa a través de la montaña Oriental, fuera del viejo y dentro del nuevo ciclo de existencia. Las tres áreas del cosmos están aquí representadas; las aguas primordiales, la altura de los cielos y las profundidades de la tierra.



lunes, 10 de noviembre de 2008

Pérez Reverte....profético


Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en "El Semanal" el 15 de Noviembre de 1998.

"Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del ordenador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan, y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tiene que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nobel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, y meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, oh prodigio, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recae directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia, con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros y a veces con su puesto de trabajo Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza."

domingo, 26 de octubre de 2008

Mis escenas favoritas I: Hamlet. (K. Branagh, 1996)



Pues se me ha ocurrido empezar una serie con mis escenas favoritas de la historia del cine, y como he encontrado esta en español, he decidido dejar que el gran William Shakespeare la inaugure. Un canto a vivir la vida a tope, aunque sea para cumplir una vengaza sangrienta...

"Ahora, ya sea por olvido animal o por algún escrúpulo cobarde al pensar en los posibles efectos, un pensamiento que de cuatro tiene una parte de sabiduría por tres partes de cobardía, desconozco por completo porque aun vivo para decir “Hay que hacer esto”, ya que tengo causa, voluntad, fuerza y medios para hacerlo."

jueves, 9 de octubre de 2008

SANDMAN: LOS ETERNOS (Neil Gaiman)

Lo que necesitas saber antes de empezar:
Existen siete seres que no son dioses, que existían antes de que la Humanidad soñase a los dioses y existirán después de muerto el último de los dioses. Estos siete seres existen porque en lo más profundo del corazón
sabemos que existen. Estos sietes seres son llamados los Eternosy son , en orden de edad,

DESTINO
Destino es el más viejo de los Eternos.
En el comienzo de los tiempos sólo existía el Verbo y fue escrito por su mano en la primera página del Libro antes de ser siquiera pronunciado.
Destino es también el más alto de los Eternos a ojos de los mortales.

Algunos creen que es ciego, mientras que otros, quizá con más razón, proclaman que ha ido un paso más allá de la ceguera, y que
de hecho no puede hacer otra cosa sino ver, que observa las delicadas líneas que trazan las galaxias al girar en el vacío, que examina los intrincados dibujos que realizan los seres vivos en su viaje a través del tiempo.
Destino huele a polvo, a bibliotecas y a noche cerrada.
Sus pies no dejan huella.

No proyecta sombra.


MUER
TE
Muerte acompaña a cada mortal dos veces en la vida. Habla con ellos al nacer pero nadie recuerda lo que les dice , nadie sabe porqué. Cuando mueren ella los guía hacia las Tierras Sin Sol, más allá de lo que alcanzan a ver los ojos mortales.

Los mortales temen a Muerte, temen las Tierras Sin Sol, intentan
fervorosamente aplacarla. No la aman.
Un día cada cien años, Muerte viste un cuerpo de mortal
para comprender mejor lo que sienten las vidas que ella se lleva, para probar el amargo sabor de la mortalidad: este es el precio que ha de pagar por ser quien divide a los vivos de cuanto ha ocurrido antes, de cuanto ha de venir después.




SUEÑO
Es un enigma.

E
n este aspecto, (y sólo percibimos aspectos de los Eternos, igual que si sólo viésemos una sola faceta de una enorme piedra preciosa) es delgado como un hilo y con una piel del color de la nieve que cae.

Sueñ
o colecciona nombres como otros coleccionan amigos pero se permite pocos amigos. De todos los Eternos, excepto quizás Destino, es el más consciente de sus responsabilidades, el más meticuloso en su ejecución.

Sueño proyecta una sombra humana cuando
le place.






DESTRUCCIÓN

Hace aproximadamente trescientos años, Destrucción abandonó su
reino. Su símbolo fue retirado, por lo que no puede ser visitado nunca
más. No está muerto porque entonces otro aspecto de Destrucción
ocuparía su lugar. Simplemente ha decidido no s
er nunca más responsable
de la destrucción o de cualquier otra de las facetas de su reino.
Todavía existen la destrucción y el cambio pero ya no están bajo control.



Destrucción ya no puede ser localizado pero si alguna vez encuentras
a un hombre alto y pelirrojo con un hatillo, tal vez quieras ofrecerle un
poco de pan con queso: cuenta buenas historias.



DESEO

Es poco probable que ningún retrato de Deseo pueda hacerle
justicia, ya verla ( o verle) es amarle (o amarla) apasionadamente,dolorosamente, con exclusión de todo lo demás

Deseo huele casi subliminalmente a melocotones en verano y
proyecta dos sombras: un negra y bien perfilada, la otra translúcida
y siempre vacilante como una emanación de calor.

Deseo sonríe en breves destellos, como un reflejo de un rayo de
sol en el filo de un cuchillo. Y hay muchas más cosas en Deseo que son como un cuchillo.

Nunca objeto de posesión, siempre la poseedora, con una piel
tan pálida como el humo y unos ojos tostados y leonados como
del color del vino blanco. Deseo es todo lo que alguna vez hayas
anhelado. Seas quien seas. Seas lo que seas.

Todo.


DESESPERO



Hermana gemela de Deseo, reina de un territorio desolado. Se dice que, esparcidas por su reino, hay multitud de ventanas suspendidas en el vacío, cada ventana permite contemplar una escena diferente, cada ventana es, en nuestro mundo, un espejo. A veces, cuando te miras en un espejo, puedes sentir los ojos de Desespero observándote, puedes sentir su gancho clavándose y desgarrando tu corazón. Su piel es fría y viscosa, sus ojos son del color del cielo en esos días grises y húmedos que despojan al mundo de color y significado. Su voz es poco mas que un susurro y aunque ella misma no despide olor, su sombra huele a musgo y piel de serpiente. Hace muchos años, una secta en lo que hoy es Afganistán, la declaró una diosa y proclamó a todas las habitaciones vacías como sus lugares sagrados. La secta, cuyos miembros se hacían llamar Los Imperdonables, duró dos años, hasta que su último acólito se mató al fin, después de
sobrevivir en casi siete meses a los demás miembros. Desespero habla poco y es paciente.



DELIRIO,
que una vez fue DELICIA

Delirio es la más joven de los Eternos.

Huele a sudor, a vino agrio, a madrugada y a cuero.

Su reino está cerca y puede ser visitado; sin
embargo, la mente humana no está hecha para comprender ese
lugar y los pocos que han hecho ese viaje no han sido capaces
de informar más que de pequeños fragmentos.

El poeta Coleridge proclamó haberla conocido íntimamente,
pero el tipo era un redomado mentiroso y en esto,como en muchas
otras cosa
s, debemos dudar de su palabra.


Su apariencia es la más variable de todos los Eternos
, que a fin de cuentas no son más conceptos envueltos
en carne y hueso. Tiene tendencia a convertirse en mariposas
o peces de colores, de vez en cuando.

Una vez, Delirio fue Delicia, pero eso fue hace muchotiempo, incluso para un Eterno y sólo Delirio misma sabeporqué cambió. A través de sus ojos disparejos, uno verdey el otro azul, ella ve el mundo de forma única.


jueves, 2 de octubre de 2008

Annabel Lee



Hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar,
vivía una doncella
cuyo nombre era Annabel Lee;
y vivía esta doncella sin otro pensamiento
que amarme y ser amada por mí.

Yo era un niño, una niña ella,
en ese reino junto al mar,
pero nos queríamos con un amor que era más que amor,
yo y mi Annabel Lee,
con un amor que los serafines del cielo
nos envidiaban a ella y a mí.

Tal fue esa la razón de que hace muchos años,
en ese reino junto al mar,
soplara de pronto un viento, helando
a mi hermosa Annabel Lee.
Sus parientes de alto linaje vinieron
y se la llevaron apartándola de mí,
para encerrarla en una sepulcro
en ese reino junto al mar.

Los ángeles no eran ni la mitad de felices que nosotros,
nos venían envidiando a ella y a mí…
¡Sí! Tal fue la razón (como todos saben
en ese reino junto al mar)
de que soplara un viento nocturno
congelando y matando a mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor era mucho más fuerte
que el amor de nuestros mayores,
de muchos que eran más sabios que nosotros,
y ni los ángeles arriba en el Cielo,
ni los demonios en lo profundo del mar,
pudieron jamás separar mi alma
del alma de la hermosa Annabel Lee.

Pues la luna jamás brilla sin traerme sueños
de la bella Annabel Lee;
ni las estrellas se levantan sin que yo sienta los ojos luminosos
de la bella Annabel Lee.
Así, durante toda la marea nocturna, yazgo al lado
de mi adorada -mi querida- mi vida y mi prometida,
en su sepulcro junto al mar,
en su tumba junto al mar ruidoso


Annabel Lee

It was many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of Annabel Lee;
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.

I was a child and she was a child,
In this kingdom by the sea:
But we loved with a love that was more than love —
I and my Annabel Lee;
With a love that the winged seraphs of heaven
Coveted her and me.

And this was the reason that, long ago,
In this kingdom by the sea,
A wind blew out of a cloud, chilling
My beautiful Annabel Lee;
So that her highborn kinsmen came
And bore her away from me,
To shut her up in a sepulchre
In this kingdom by the sea.

The angels, not half so happy in heaven,
Went envying her and me —
Yes! — that was the reason (as all men know,
In this kingdom by the sea)
That the wind came out of the cloud by night,
Chilling and killing my Annabel Lee.

But our love it was stronger by far than the love
Of those who were older than we —
Of many far wiser than we —
And neither the angels in heaven above,
Nor the demons down under the sea,
Can ever dissever my soul from the soul
Of the beautiful Annabel Lee:

For the moon never beams, without bringing me dreams
Of the beautiful Annabel Lee;
And the stars never rise, but I feel the bright eyes
Of the beautiful Annabel Lee;
And so, all the night-tide, I lie down by the side
Of my darling — my darling — my life and my bride,
In her sepulchre there by the sea,
In her tomb by the sounding sea.

(EDGAR ALLAN POE, 1849).

miércoles, 1 de octubre de 2008

Fragmento muy cierto de Alatriste




"...Después, con el tiempo, aprendí que, aunque todos los hombres somos capaces de lo bueno y de lo malo, los peores siempre son aquellos que, cuando administran el mal, lo hacen amparándose en la autoridad de otros, en la subordinación o en el pretexto de las órdenes recibidas. Y si terribles son quienes dicen actuar en nombre de una autoridad, una jerarquía o una patria, mucho peores son quienes se estiman justificados por cualquier dios. Puestos a elegir con quien habérselas a la hora, a veces insoslayable, de tratar con gente que hace el mal, preferí siempre a aquellos capaces de no acogerse más que a su propia responsabilidad. Porque en las cárceles secretas de Toledo pude aprender, casi a costa de mi vida, que nada hay más despreciable, ni peligroso, que un malvado que cada noche se va a dormir con la conciencia tranquila. Muy malo es eso. En especial, cuando viene parejo con la ignorancia, la superstición, la estupidez o el poder; que a menudo se dan juntos. Y aún resulta peor cuando se actúa como exégeta de una sola palabra, sea del Talmud, la Biblia, el Alcorán o cualquier otro escrito o por escribir. No soy amigo de dar consejos –a nadie lo acuchillan en cabeza ajena-, más ahí va uno de barato: DESCONFÍEN SIEMPRE VUESTRAS MERCEDES DE QUIEN ES LECTOR DE UN SOLO LIBRO"


Limpieza de sangre, A.P.R.,1997

sábado, 6 de septiembre de 2008

Cantos de Amor del Antiguo Egipto



Escritos por los escribas hacia el 1.500 antes de nuestra era en papiros, fragmentos de caliza, vasos… Los Cantos de amor se recitaban en público en las calles, las tabernas y los campos, acompañados del arpa, el laúd, el tamboril o las palmas.

Los poemas que he puesto a continuación son de fechas diversas.

La traducción no puede, evidentemente, ser literal. Una misma palabra se traduce de modo distinto según su contexto. No se conoce, por ejemplo, el significado de determinados nombres de flores, especias y vinos. Y si bien se sabe que estos cantos se recitaban o cantaban, se desconocen en cambio su metro y su melodía, dado que no sabemos vocalizar la escritura jeroglífica.

Primer canto

La única, la amada, la sin par,

la más bella del mundo,

mírala, parece el lucero del año nuevo,

en el umbral de una bella anualidad.

Aquella cuya gracia brilla, cuya piel resplandece,

tiene ojos de claro mirar,

y labios de dulce hablar.

Palabra superflua alguna, jamás le oirás pronunciar.

Ella, la del cuello largo, la del pecho luminoso,

posee una cabellera de lapislázuli hermoso.

Sus brazos sobrepasan el resplandor del oro,

Cada uno de sus dedos es como un cáliz de loto.

La de la cintura lánguida y las caderas finas,

cuyas piernas preservan la belleza,

cuyos andares están llenos de nobleza,

cuando pone los pies sobre la tierra,

con sus besos me arrebata el corazón.

Hace que todos los hombres

Se vuelvan a contemplarla.

Y a aquel a quien saluda, hace sentir feliz.

Pues entre los muchachos el primero se cree así.

Cuando de su morada sale,

uno cree ver a Aquella que es única.


Canto segundo

Con su voz, mi amado turbó mi corazón,

y me ha dejado presa de la languidez.

Vive junto a la casa de mi madre,

y en cambio no sé cómo ir hasta él.

¿Acaso, en mi aventura, podría mi madre ser buena?

¡Ah! Pues me iré a verla.

Mira, mi corazón rehúsa pensar en él,

incluso cuando su amor me arrebata.

Mira, es un insensato,

Pero yo me lo parezco.

No conoce mi deseo de tomarlo entre mis brazos.

No sabe que hasta mi madre por él he caminado.

Amado mío, ¡ojalá Dorada[1] a ti me haya destinado!

Ven a mí, que vea tu belleza,

que padre y madre felices sean,

que los hombres todos te festejen,

oh amado mío, y te celebren.


Canto quinto

Adoro a la Dorada,

alabo su majestad,

celebro a la señora del cielo,

canto las alabanzas a Hathor, y la gloria de la dama soberana.

Le imploré; ella atendió mi plegaria

y me envió a mi señora.

Ella vino para verme,

Y así algo grande me adivino.

Me regocijé, me entregué al júbilo, sentí la plenitud,

cuando me fue dicho: “Mira, hela aquí”.

Ahora bien, ante ella que avanzaba, los jóvenes se inclinaban,

con gran amor hacia ella.

A mi diosa hice un voto;

pues ella me dio la amada

a lo largo de tres días, tras habérselo rogado.

Hace ahora cinco días que me ha abandonado.




[1] Nombre de la diosa Hathor, diosa del cielo y del Amor.

jueves, 21 de agosto de 2008

Kashmir (Led Zeppelin



KASHMIR by Led Zeppelin
Oh, que el sol golpee mi cara y las estrellas llenen mis sueños
Soy un viajero del tiempo y el espacio, para estar donde ya he estado
Para sentarme con los ancianos de una raza gentil, que este mundo apenas ha visto
Hablan de dias para los que se sientan y esperan y todo será revelado
 
Hablas y canciones en lenguas de grácil acento, cuyos sonidos acarician mi oído
Pero no podría relatar nada de lo que oí, la historia estaba muy clara
Oh, oh...
 
Oh, he volado... mami, no cabe duda
He volado, no hay duda...
 
Todo lo que veo se vuelve marrón mientras el sol quema el suelo
Y mis ojos se llenan de arena cuando miro esta tierra desgastada
Intentando encontrar dónde he estado
 
Oh, piloto de la tormenta que no deja huella, como los pensamientos dentro de un sueño
Sigue el camino que me llevó a ese lugar, arroyo amarillo de desierto
Mi Shangri-la bajo la luna de verano, volveré de nuevo
Tan cierto como el polvo que flota en lo alto, al cruzar Kashmir
 
Oh, padre de los cuatro vientos, hincha mis velas al cruzar el mar de los años
Sin más provisión que una cara abierta, a través de los estrechos del miedo
Oh...
 
Cuando estoy en camino... cuando veo el camino donde tu estás
Oh, si, cuando estoy hundido, tan hundido...
Oh, nena, déjame llevarte allí...
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Oh let the sun beat down upon my face, stars to fill my dream

I am a traveler of both time and space, to be where I have been

To sit with elders of the gentle race, this world has seldom seen

They talk of days for which they sit and wait and all will be revealed



Talk and song from tongues of lilting grace, whose sounds caress my ear

But not a word I heard could I relate, the story was quite clear

Oh, oh.



Oh, I been flying... mama, there aint no denyin

Ive been flying, aint no denyin, no denyin



All I see turns to brown, as the sun burns the ground

And my eyes fill wit
h sand, as I scan this wasted land

Trying to find, trying to find where Ive been.



Oh, pilot of the storm who leaves no trace, like thoughts inside a dream

Heed the path that led me to that place, yellow desert stream

My Shangri-la beneath the summer moon, I will return again

Sure as the dust that floats high and true, when movin through Kashmir.



Oh, father of the four winds, fill my sails, across the sea of years

With no provision but an open face, along the straits of fear

Ohh.



When Im on, when Im on my way, yeah

When I see, when I see the way, you stay-yeah



Ooh, yeah-yeah, ooh, yeah-yeah, when Im down...

Ooh, yeah-yeah, ooh, yeah-yeah, well Im down, so down

Ooh, my baby, oooh, my baby, let me take you there



Let me take you there. let me take you there
 

domingo, 10 de agosto de 2008

No se culpe a nadie


El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el pulóver azul, cualquier cosa que vaya bien con el traje gris, el otoño es un ponerse y sacarse pulóveres, irse encerrando, alejando. Sin ganas silba un tango mientras se aparta de la ventana abierta, busca el pulóver en el armario y empieza a ponérselo delante del espejo. No es fácil, a lo mejor por culpa de la camisa que se adhiere a la lana del pulóver, pero le cuesta hacer pasar el brazo, poco a poco va avanzando la mano hasta que al fin asoma un dedo fuera del puño de lana azul, pero a la luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una uña negra terminada en punta. De un tirón se arranca la manga del pulóver y se mira la mano como si no fuese suya, pero ahora que está fuera del pulóver se ve que es su mano de siempre y él la deja caer al extremo del brazo flojo y se le ocurre que lo mejor será meter el otro brazo en la otra manga a ver si así resulta más sencillo. Parecería que no lo es porque apenas la lana del pulóver se ha pegado otra vez a la tela de la camisa, la falta de costumbre de empezar por la otra manga dificulta todavía más la operación, y aunque se ha puesto a silbar de nuevo para distraerse siente que la mano avanza apenas y que sin alguna maniobra complementaria no conseguirá hacerla llegar nunca a la salida. Mejor todo al mismo tiempo, agachar la cabeza para calzarla a la altura del cuello del pulóver a la vez que mete el brazo libre en la otra manga enderezándola y tirando simultáneamente con los dos brazos y el cuello. En la repentina penumbra azul que lo envuelve parece absurdo seguir silbando, empieza a sentir como un calor en la cara aunque parte de la cabeza ya debería estar afuera, pero la frente y toda la cara siguen cubiertas y las manos andan apenas por la mitad de las mangas. por más que tira nada sale afuera y ahora se le ocurre pensar que a lo mejor se ha equivocado en esa especie de cólera irónica con que reanudó la tarea, y que ha hecho la tonteria de meter la cabeza en una de las mangas y una mano en el cuello del pulóver. Si fuese así su mano tendria que salir fácilmente pero aunque tira con todas sus fuerzas no logra hacer avanzar ninguna de las dos manos aunque en cambio parecería que la cabeza está a punto de abrirse paso porque la lana azul le aprieta ahora con una fuerza casi irritante la nariz y la boca, lo sofoca más de lo que hubiera podido imaginarse, obligándolo a respirar profundamente mientras la lana se va humedeciendo contra la boca, probablemente desteñirá y le manchará la cara de azul. Por suerte en ese mismo momento su mano derecha asoma al aire al frío de afuera, por lo menos ya hay una afuera aunque la otra siga apresada en la manga, quizá era cierto que su mano derecha estaba metida en el cuello del pulóver por eso lo que él creía el cuello le está apretando de esa manera la cara sofocándolo cada vez más, y en cambio la mano ha podido salir fácilmente. De todos modos y para estar seguro lo único que puede hacer es seguir abriéndose paso respirando a fondo y dejando escapar el aire poco a poco, aunque sea absurdo porque nada le impide respirar perfectamente salvo que el aire que traga está mezclado con pelusas de lana del cuello o de la manga del pulóver, y además hay el gusto del pulóver, ese gusto azul de la lana que le debe estar manchando la cara ahora que la humedad del aliento se mezcla cada vez más con la lana, y aunque no puede verlo porque si abre los ojos las pestañas tropiezan dolorosamente con la lana, está seguro de que el azul le va envolviendo la boca mojada, los agujeros de la nariz, le gana las mejillas, y todo eso lo va llenando de ansiedad y quisiera terminar de ponerse de una vez el pulóver sin contar que debe ser tarde y su mujer estará impacientándose en la puerta de la tienda. Se dice que lo más sensato es concentrar la atención en su mano derecha, porque esa mano por fuera del pulóver está en contacto con el aire frío de la habitación es como un anuncio de que ya falta poco y además puede ayudarlo, ir subiendo por la espalda hasta aferrar el borde inferior del pulóver con ese movimiento clásico que ayuda a ponerse cualquier pulóver tirando enérgicamente hacia abajo. Lo malo es que aunque la mano palpa la espalda buscando el borde de lana, parecería que el pulóver ha quedado completamente arrollado cerca del cuello y lo único que encuentra la mano es la camisa cada vez más arrugada y hasta salida en parte del pantalón, y de poco sirve traer la mano y querer tirar de la delantera del pulóver porque sobre el pecho no se siente más que la camisa, el pulóver debe haber pasado apenas por los hombros y estará ahi arrollado y tenso como si él tuviera los hombros demasiado anchos para ese pulóver lo que en definitiva prueba que realmente se ha equivocado y ha metido una mano en el cuello y la otra en una manga, con lo cual la distancia que va del cuello a una de las mangas es exactamente la mitad de la que va de una manga a otra, y eso explica que él tenga la cabeza un poco ladeada a la izquierda, del lado donde la mano sigue prisionera en la manga, si es la manga, y que en cambio su mano derecha que ya está afuera se mueva con toda libertad en el aire aunque no consiga hacer bajar el pulóver que sigue como arrollado en lo alto de su cuerpo. Irónicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar mejor hasta ponerse del todo el pulóver, pero ha perdido la orientación después de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufórica que inicia siempre la colocación de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile disimulado, que nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreográficas. En el fondo la verdadera solución sería sacarse el pulóver puesto que no ha podido ponérselo, y comprobar la entrada correcta de cada mano en las mangas y de la cabeza en el cuello, pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya fuera ridiculo renunciar a esa altura de las cosas, y en algún momento hasta obedece y sube a la altura de la cabeza y tira hacia arriba sin que él comprenda a tiempo que el pulóver se le ha pegado en la cara con esa gomosidad húmeda del aliento mezclado con el azul de la lana, y cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las orejas y quisieran arrancarle las pestañas. Entonces más despacio, entonces hay que utilizar la mano metida en la manga izquierda, si es la manga y no el cuello, y para eso con la mano derecha ayudar a la mano izquierda para que pueda avanzar por la manga o retroceder y zafarse, aunque es casi imposible coordinar los movimientos de las dos manos, como si la mano izqulerda fuese una rata metida en una jaula y desde afuera otra rata quisiera ayudarla a escaparse, a menos que en vez de ayudarla la esté mordiendo porque de golpe le duele la mano prisionera y a la vez la otra mano se hinca con todas sus fuerzas en eso que debe ser su mano y que le duele, le duele a tal punto que renuncia a quitarse el pulóver, prefiere intentar un último esfuerzo para sacar la cabeza fuera del cuello y la rata izquierda fuera de la jaula y lo intenta luchando con todo el cuerpo, echándose hacia adelante y hacia atrás, girando en medio de la habitación, si es que está en el medio porque ahora alcanza a pensar que la ventana ha quedado abierta y que es peligroso seguir girando a ciegas, prefiere detenerse aunque su mano derecha siga yendo y viniendo sin ocuparse del pulóver, sunque su mano izquierda le duela cads vez más como si tuviera los dedos mordidos o quemados, y sin embargo esa mano le obedece, contrayendo poco a poco los dedos lacerados alcanza a aferrar a través de la manga el borde del pulóver arrollado en el hombro, tira hacia abajo casi sin fuerza, le duele demasiado y haría falta que la mano derecha ayudara en vez de trepar o bajar inútilmente por las piernas en vez de pellizcarle el muslo como lo está haciendo, arañándolo y pellizcándolo a través de la ropa sin que pueda impedírselo porque toda su voluntad acaba en la mano izquierda, quizá ha caído de rodillas y se siente como colgado de la mano izquierda que tira una vez más del pulóver y de golpe es el frío en las cejas y en la frente, en los ojos, absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido fuera, esa materia fria, esa delicia es el aire libre, y no quiere abrir los ojos y espera un segundo, dos segundos, se deja vivir en un tiempo frío y diferente, el tiempo de fuera del pulóver, está de rodillas y es hermoso estar así hasta que poco a poco agradecidamente entreabre los ojos libres de la baba azul de la lana de adentro, entreabre los ojos y ve las cinco uñas negras suspendidas apuntando a sus ojos, vibrando en el aire antes de saltar contra sus ojos, y tiene el tiempo de bajar los párpados y echarse atrás cubriéndose con la mano izquierda que es su mano, que es todo lo que le queda para que lo defienda desde dentro de la manga, para que tire hacia arriba el cuello del pulóver y la baba azul le envuelva otra vez la cara mientras se endereza para huir a otra parte, para llegar por fin a alguna parte sin mano y sin pulóver, donde solamente haya un aire fragoroso que lo envuelva y lo acompañe y lo acaricie y doce pisos.

Julio Cortázar, 1956.

jueves, 7 de agosto de 2008

Un regalo

Mi amigo Antonio me ha regalado este vídeo de imágenes de mi eterna Marilyn Monroe. Gracias compañero.
Tiene música de Dolly Parton, que le gusta a él. Para tí Dolly, para mi Marilyn. Un reparto justo, jeje. Un abrazo.

martes, 5 de agosto de 2008

Los papiros de Hekanakhte


Los papiros de Heqanakhte, son un conjunto de ocho documentos (cinco Cartas y tres Hojas o informes de cuentas), además de unos cuantos fragmentos que probablemente también formaran parte de hojas de cuentas. En ellos se recogen las instrucciones de un terrateniente de la XI dinastía egipcia a sus agentes sobre la administración de su hacienda. Es una fuente directa donde se puede reconstruir el funcionamiento de una explotación pequeña en el Bajo Egipto en esta época: la hacienda principal ocupa el centro del esquema, con sus tierras adjuntas trabajadas por el propietario ayudado por otros trabajadores a sus órdenes. Estos trabajadores pueden a su vez tener concedidas ciertas cantidades de tierra para su explotación particular, a cambio de una cuota de explotación que pagarían al dueño. Este trabajo debió de ser parte privado y en parte comunal, siendo muy asumible que la responsabilidad fuera delegada por el propietario en otras personas en caso de ausentarse. Una de las tareas comunales debió ser el cuidado del ganado. El señor de una hacienda podía establecer una red de prestamos de grano y arriendos de otras tierras en su mismo lugar de residencia o fuera de él. Una misma tierra podía cultivarse con diferentes clases de productos, siendo los más importantes el trigo y el lino.

Un capítulo interesante es el de las transacciones comerciales. El trueque era el mecanismo usado por los egipcios, estableciéndose equivalencias de los distintos productos para posibilitar el cambio de éstas. El pago en tierras por trabajos realizados también se daba, como en el caso del propio Hekanakhte, que recibe tierras por sus labores en el culto funerario del visir Ipi.

Una conclusión que puede sacarse a través de los papiros es que parece que no existía una intervención estatal que regulara el comercio, esto es, de establecer precios y normas en los intercambios comerciales, y que ésta parece limitarse únicamente a recaudación de impuestos. Las únicas menciones reales son usadas para fechar informes, uso meramente anecdótico. Puede inferirse por ello que la gente más común vivía muy alejada de sus gobernantes.

Los papiros de Heqanakhte fueron hallados en Deir-el Bahari por la expedición de Winlock en 1921 y las referencias geográficas recogidas en ellos no nos son muy clarificadoras. Hekanakhte tiene su casa y principales propiedades en la aldea de Nebeseyet, cerca de un centro regional llamado Peraa’a, muy nombrado en las cartas y donde el granjero tenía tierras arrendadas. Las cartas fueron halladas en la tumba de Mesej, un dependiente del visir Ipi en Deir el Bahari, cerca de Tebas. Tanto ese centro regional como la aldea de Peraa’a están aún por localizarse.

Los papiros son fechados por James en el año octavo del reinado del rey Nebhepetra Mentuhotep III. Esto es, aproximadamente el año 2002 a. C.

Hekanakhte se encargara de organizar el culto funerario de su visir Ipi, que dejo a su muerte una tumba que quedaría inacabada en Deir el Bahari y una superficie de al menos 60 aruras (3,120 Km2 aproximadamente) para el mantenimientos de su culto funerario.

La información sobre las personas que rodeaban al terrateniente es muy limitada, aunque en ella se aprecian las relaciones familiares del terrateniente. Por orden de edad aparecen en primer lugar Ipi, su madre, a la que este dedica siempre palabras de respeto y Hetepet, su tía. Luego aparecen sus cinco hijos Merisu, el mayor y el principal responsable de las propiedades durante la ausencia de su padre; Sihathor, que ocuparía el segundo lugar en edad y responsabilidad, se encarga del arado de la tierra y en ocasiones lleva cartas a otros lugares; Sinebnut, el tercero, es el encargado del ganado, y es enviado en un par de ocasiones fuera de su aldea para abastecer de grano a su padre y a adquirir o ejercer derechos en diversas propiedades fuera de Nebeseyet acompañado por un personaje llamado Nakhte hijo de Heti, que si bien no es uno de los hijos de Hekanakhte, actúa como agente o capataz de éste y tiene claramente más responsabilidad que Sinebnut; por último, los más pequeños, Anupu y Snofru, comparten algunas tareas del cultivo de la tierra. Hekanakhte se muestra especialmente tolerante con los dos pequeños, especialmente con Snefru, al que concede todo lo que pide.

Un personaje que tiene un papel peculiar es la concubina de Hekanakhte (o segunda esposa, según Allen) tras la muerte o separación de su primera mujer, Iutenheb, una mujer calificada como hbswt, a la que los miembros de la casa maltratan, loque suscita las quejas de Hekanakhte y el despido de una criada, Senen.

Entre los vecinos de Hekanakhte se encuentra Hau el Joven, que ayuda a Merisu a encontrar un terreno en la localidad de Perha’a, y el destinatario de la Carta III (que nunca llegó a mandarse) Hrunufe, que es tratado como un igual, o incluso un superior, por Hekanakhte

Carta I: está dirigida a Merisu, responsable principal de las propiedades de Hekankahte en el Norte. Las causas de su marcha de Nebeseyet no son del todo claras, pero lo cierto es que está en el nomo tinita, cerca de Abydos. En ella se queja de que su tierra está inundada prematuramente, arruinando una cosecha anterior a la principal de primavera, regañando por ello a Merisu (James mantiene que esta carta esta escritaa primeros de agosto, cuando la inundación aun no ha llegado a su punto álgido); se dan instrucciones a Nakht y Sinebniut para cultivar unos terrenos con lino y alquilar otros

El modo en que los miembros de la casa tratan a la concubina o segunda esposa de Hekanakhte ocupa un importante papel dentro de la carta I. Despedida la sirviente Senen, el terrateniente insta a su familia y sirvientes a tratar con consideración a la mujer, amenazándoles con retirarles sus raciones de alimentos.

Carta II: dirigida a toda su casa en general y a Merisu y, indirectamente, a Heti hijo de Nakht. Empieza saludando a su madre Ipi y Hetepet (en la que Allen ve a su tia) y a todos los miembros de su casa en general. Pregunta por la inundación, comenta los salarios, que detalla seguidamente nombre a nombre, justificando y explicando. Luego aborda quejas de sus hijos pequeños, en las que toma partido siempre por ellos, diciendo que en particular a Snefru se le debe permitir hacer lo que quiera hacer. Vuelve a intervenir en el maltrato de Iutenheb, dando un último aviso a su parentela.

Hay que señalar que esta carta describe un cuadro de prosperidad en la hacienda de Hekanakhte en medio de una situación de carestía general ((“¡Mira! La tierra entera está echada a perder mientras vosotros no pasáis hambre”). Incluso dice una frase que llama la atención: “Aquí están empezando a comerse a los hombres”, que recuerda a una afirmación similar en la tumba de Ankhtyfy.

Carta III: Esta Carta apareció plegada, atada con una pequeña cuerda y con un sello, señal de que nunca fue mandada a su destino. Está dirigida a Hrunufe, Supervisor de Delta a pesar de que parece que vivía en el Valle, probablemente en Perha’a. El tono utilizado es muy distinto, ya que se dirige a un igual o superior en status

Carta IV: esta carta está escrita por Sitnebsekhtu, una mujer que escribe a su madre, de igual nombre, Ni ella ni su madre aparecen en las otras cartas del archivo, y la única relación con Hekhankhte es que esta carta fue encontrada con las otras y que pare ce escrita por el mismo escriba que las Cartas I y II.