miércoles, 26 de noviembre de 2008

El viaje nocturno del Sol




Durante las horas nocturnas, El Sol (Ra) viaja por le mundo subterráneo (Am Duat) en una barca protegido por una tripulación compuesta de dioses y reyes fallecidos. Los egipcios establecieron varias divisiones de este viaje nocturno del Sol en el que debía vencer a varios seres demoníacos para poder revivir a la mañana siguiente convertido en Ra-Kheper, el dios escarabajo que simboliza el renacimiento y el Sol de la mañana. Estas son las etapas de su viaje.Clika en el número de la división para ver la imagen.


Prólogo/Primera hora

Igual que en el Amduat, el Prólogo/Primera Hora de la noche es un punto de transición antes de que el Más Allá en sí empiece con la Primera Puerta. Dos postes con cabeza de carnero ó de chacal representan la autoridad del dios, que inflinge el castigo o recompensa a los habitantes de la Duat.

Primera división/Segunda hora

La barca del dios sol entra en la primera división/segunda hora a través de una puerta que está guardada por una serpiente: El Guardián del Desierto.

En la primera división/segunda hora, se debe distinguir entre el registro superior de la composición, con los Bas bienaventurados, en una procesión de veinticuatro figuras masculinas, donde los doce primeros son (de izquierda a derecha), “Los que están en paz que veneran a Ra”, y los doce siguientes “Los Justos que están en la Duat”, y el registro inferior, con los condenados, que ahora son reprendidos de forma muy dura por Atum. Los Cuatro Extenuados se representan, junto con los "enemigos".

Segunda división/Tercera hora

Para alcanzar la segunda división, la barca solar tiene que pasar a través de una puerta fortificada guardada por dioses y serpientes que escupen fuego. A lo largo de la pared exterior hay de pie nueve divinidades momiformes. A la entrada y a la salida del paso entre dos paredes almenadas hay un guardián divino. Detrás de la fortificación hay una puerta guardada por una serpiente erguida sobre su cola. Una Puerta similar protege todas las siguientes divisiones del Libro de las Puertas, donde lo que cambia principalmente, es el nombre de las deidades.

La segunda división/tercera hora, introduce algunos motivos como la resurrección de las momias y su situación en los sepulcros, mediante un grupo de doce momias de pie en capillas con las puertas abiertas y una enorme serpiente tendida sobre las capillas. Aquí también aparece representado el lago ambivalente del fuego, en donde el agua se convierte en fuego para los malditos, y donde los bienaventurados se abastecen de las mismas llamas.

La barca de Ra avanza hacia un varal con cabezas de toro arrastrado por ocho dioses momiformes. En el varal hay siete figuras sentadas y dos toros mirando en direcciones opuestas. La barca de RA pasa a través del varal, indicado en la representación por medio de la cuerda que entra y sale de las fauces de los toros y de los cuatro remolcadores que emergen al otro lado del varal. Son recibidos por cuatro figuras cuyos cuerpos y brazos están amortajados. Es una representación condensada y simbólica de su viaje completo por las profundidades de la tierra.

En el registro inferior hay dos grupos que ayudan a Atum a rechazar a su enemigo: En el primer grupo, Atum reclinado en un bastón y, frente a él, Apep y una Enéada 'El consejo que rechaza a Apep ' andando hacia él. En el segundo grupo, otro dios reclinado en un bastón es recibido por nueve dioses con cetros: “Los Señores de las Provisiones”.

Tercera división/Cuarta hora

La puerta de la tercera división es como la anterior, cambiando los nombres de las divinidades.

Dos superficies de agua dominan el registro superior de esta división. Se llaman el lago de la Vida, protegido por chacales y el lago de las cobras, siendo ambos variaciones del lago de fuego representado con anterioridad en la segunda división/tercera hora.

En el registro central, el dios sol es el causante de la resurrección y aprovisionamiento de las momias en sus sepulcros, todavía no levantadas, que están delante de la barca. La siguiente escena representa el cambio de hora, con la serpiente del tiempo, representada con sus múltiples anillos, y las doce diosas que personifican las horas.

Una gran figura de Horus se apoya en un bastón y cuida de su padre difunto. Once dioses del séquito de Osiris, caminan hacia una capilla que contiene la figura de Osiris de pie sobre una serpiente que le protege. Hay Una gran cobra delante de la capilla. Al otro lado, doce dioses avanzan hacia ella. Detrás de ellos cuatro figuras masculinas inclinadas delante de cuatro “fosos de fuego” castigan a los enemigos de Osiris. Al final del registro una figura con barba sujeta un cetro.

Cuarta división/Quinta hora

La puerta es similar a la anterior, pero los dos guardianes tienen cabeza de chacal.

La cuarta división/quinta hora es una de las más complejas dentro de la composición. En el registro superior los dioses están representados con una cuerda para medir, porque los difuntos tienen asignado un espacio en forma de campo dentro de esta división/hora. Los difuntos tienen, así mismo, asignado tiempo, y por tanto los dioses llevan el cuerpo de una serpiente y el símbolo de duración queriendo representar con ello el “Tiempo de Vida” en el registro inferior. Para lograr esto, Apep llamada aquí “La que se mueve” debe ser combatida e inmovilizada.

Una figura de Horus apoyado en un bastón. Delante de Él marchan diez y seis figuras representando a las cuatro razas: Egipcios, Asiáticos, Negros, y Libios. Cada raza está representada por cuatro figuras, y a todos ellos se les garantiza vida después de la muerte, asignándoles como cuidadores a Horus y Sejmet.

Las razas extranjeras, tienen también aquí, lugar reservado en el mundo de los muertos.

Quinta división/Sexta hora

La cuarta división va seguida de la entrada de la quinta división. Los dioses que están colocados junto a la pared exterior de la entrada son doce. El espacio entre la entrada y la puerta ha sido ampliado y forma la Sala de Osiris.

Todas las inscripciones son enigmáticas y no han sido descifradas hasta ahora. En KV 9 el texto está corrupto. La mejor versión parece ser la de la tumba de Horemheb. La Sala de Osiris también se representa en el Sarcófago de Sethy I y en las tumbas de Ramsés II y Ramsés III así como en el Osireión.

La Sala de Osiris tiene un techo almenado y contiene una escalera de nueve peldaños, en cuya parte superior Osiris, sujetando el signo de la vida y un báculo, aparece sentado en un trono. En los escalones hay nueve dioses de pie. Delante de Osiris hay una balanza; Una momia de pie lleva los brazos de la balanza en sus hombros. Desde el techo sobre la cabeza de Osiris cuatro cabezas de antílopes africanos aparecen colgadas cabeza abajo. En la esquina superior derecha de la representación hay una figura de pie de Anubis. Un poco más abajo de él hay un mono sujetando un palo curvado. Detrás del mono hay una barca que contiene un cerdo (poder hostil) y otro mono idéntico. Ésta es la única representación del juicio de los muertos en cualquiera de los libros del Mas Allá, y se distingue por el uso de escritura criptográfica. Nueve figuras divinas aparece n en los escalones, mientras que los enemigos están escondidos, de forma que no se ven, bajo las plantas de sus pies, y son condenados a la destrucción.

En el registro superior hay tres grupos de doce dioses. El primer grupo de dioses sujeta arpones bífidos para alejar a Apep, en el segundo grupo, Apep, con doce cabezas humanas saliendo de su cuerpo, tiene que liberarlas ahora, después de haberlas devorado anteriormente. El tercero lleva una cuerda con doble lazo representando al tiempo, atada al cuello de una momia de pie que es el dios Aken.

En el registro central, el cadáver del dios sol, inmediatamente delante de la barca y sus remolcadores, es invisible. Está siendo llevado por los dioses con los brazos ocultos que son también invisibles debido a su contacto con el cadáver. En el registro inferior, hay momias yacentes en un largo féretro en forma de serpiente de modo que puedan participar en la unión con el Ba y su resurrección.

Sexta división/Séptima hora

En la sexta división/séptima hora, el motivo principal es la eliminación de todas las causas que pueden afectar al renacimiento del sol.

En el registro superior encontramos dos grupos de dioses, uno con cestas llenas de grano como muestra de su aprovisionamiento material, y otro con plumas de Maat como símbolo de su justificación después del juicio de los muertos. La barca de Ra con cuatro remolcadores avanza hacia un grupo compuesto por un dios apoyado en un cetro y siete postes con cabeza de chacal con dos enemigos atados a cada uno. Mirando a cada mástil hay un dios de pie con los brazos cruzados sobre su pecho. La última figura del registro es un dios que sujeta un cetro.

Llegada del Gran Dios a los postes Useru de Gueb, a los cuales son asignados los enemigos después de que el juicio ha ya sido pronunciado en el Oeste. Estos enemigos están destinados a ser degollados de acuerdo con lo decretado por Ra en sus planes.

En el registro inferior hay dos grupos de divinidades: doce figuras, cada una atendiendo un a enorme espiga de grano, y siete segadores, cada uno sujetando una hoz, que simboliza la abundancia en las cosechas por los rayos de un sol renacido.

Séptima división/Octava hora

Doce dioses llevan una cuerda, por las espirales emergen cuatro signos con forma de M, cuatro cabezas de halcón, y cuatro cabezas humanas. Otros doce dioses llevan una serpiente con once estrellas colocadas sobre sus espirales. Un dios con barba avanza para encontrarse con esta procesión.

De nuevo encontramos la descripción del tiempo infinito representada como una cuerda sin fin que se desenrolla hora tras hora, junto con los dioses que llevan la serpiente, que "produce misterios". En el registro medio, la barca del dios sol con sus cuatro remolcadores es precedida por doce dioses sujetando cetros. Cuatro figuras momiformes de pie delante de ellos. Los "Señores de las Provisiones en Occidente", que están de pie delante de la barca, asignan provisiones a los bendecidos mientras que al mismo tiempo infligen castigo a los enemigos. En el registro inferior un dios apoyado en un bastón se dirige a doce dioses con barba que se levantan de sus divanes y están, por tanto, en proceso del resurrección. Cerca, un consejo de jueces los protege.

Octava división/Novena hora

En el registro central de la Octava División/Novena Hora, el tema es similar al de la décima hora del Amduat. La barca de RA con cuatro remolcadores se mueve hacia un dios apoyado sobre un bastón cerca de un estanque de agua. En el estanque hay diez y seis figuras masculinas desnudas en diferentes grupos de cuatro flotando en las aguas primitivas de Nun. Las aguas los están revitalizando y por lo tanto serán resucitados. Encontramos que sus narices respiran el aire, y sus Bas no serán destruidos de modo que compartirán su existencia con los bendecidos. Las almas de los bendecidos aparecen en el registro superior. Delante de ellas El Consejo que da pan a los justos y vegetales a los Bas en la Isla de la Llama.

Por el contrario, en el registro inferior encontramos, una vez más, a los condenados atados de diferentes formas. Estos son quemados por El Ardiente, una serpiente enorme que ha sido llamada por Horus por las atrocidades que han cometido contra su padre, Osiris. Los hijos de Horus están de pie en los anillos de esta gran serpiente.

Novena división/Décima hora

El registro medio de la Novena División/Décima Hora se dedica en su totalidad a representar la batalla contra Apep. Catorce divinidades sujetan redes que contienen energías mágicas sobre sus cabezas. Esta magia hace a APEP indefenso. Ellos pronuncian sus palabras mágicas:

¡Salve, rebelde! APEP está atado, el que hace el mal ! (dy Dwt.f) ¡Tu cara es destruida, Oh APEP! Acércate al bloque de matanza, los cuchillos están en tu contra, vas a ser cortado en trozos. Quizás GUEB, como "El Anciano" ata cuerdas alrededor del cuerpo de la serpiente, no permitiendo a la misma acercarse a la barca del GRAN DIOS. En el registro superior e inferior encontramos manifestaciones especiales del dios sol. En el superior, lo representan como un león con cabeza de halcón de cuyos cuartos traseros emerge una cabeza humana seguido por dos serpientes que ayudan en el castigo de APEP y de todos sus enemigos. En el registro inferior, de las espirales de la serpiente Jepri sale un halcón, el HORUS de la DUAT. Está conectado con otras figuras por una cuerda continua. El texto que acompaña a esta escena señala que el viaje ahora está procediendo hacia el cielo. (“Los caminos de la región misteriosa están abiertos para ti. Los portales que están en la tierra se despliegan para tu Ba para que pueda descansar en NUT. Te conducimos entre los lagos de la región de Kenset. ¡Salve! Tú entras en el Este, viajas entre los muslos de tu madre”).

Décima división/Undécima hora

En la Décima División/Undécima Hora, encontramos, en el registro superior, a un Apep desmembrada, herida e inofensiva. Atada al cuello de la serpiente APEP hay una larga cuerda sobre la que yace una figura con los brazos estirados hacia la cabeza de la serpiente. La cuerda está sujeta por dieciséis dioses, cuatro mirando a la izquierda y doce a la derecha, y por una mano enorme que emerge del suelo. En el registro central se ve la cara del DISCO que viaja en una barca acompañada por dioses que llevan estrellas. La dualidad, las fuerzas del bien y del mal, Horus y Seth, están reconciliadas y ahora constituyen una única figura. Encontramos, en el registro inferior, a los remeros del dios, junto con las diosas de las horas; tiempo y energía. Propulsarán la barca hacia el horizonte Oriental. Aquí, la batalla en la DUAT está obviamente ganada, ya que algunos dioses están ya anunciando al dios en el horizonte, y sus llamadas son un anticipo del clamor que acompaña a la salida del sol.

Undécima división/Duodécima hora

En la Undécima División/Duodécima Hora, el dios sol llega a la puerta "Misteriosa de Accesos", a través de la cual ocurrirá el milagro de su renacimiento. En el registro superior, los dioses llamdados "Los que llevan luminosidad”, por los discos solares que llevan en sus manos. Las estrellas anuncian una vez más la aparición del sol, y las diosas entronizadas sobre serpientes adoran al sol niño cuando ha aparecido en sus formas. Delante de la barca, yace encadenada Apep que no puede detener la salida del sol. Justo detrás, cuatro babuinos, con los brazos levantados en señal de júbilo, anuncian al dios sol en el horizonte del este. Diversos motivos son representados en el registro inferior, incluyendo las coronas que deben ser usadas como símbolos de poder al dejar la Duat. Los cuatro dioses dolientes se lamentan por Osiris, después de que RA ha salido del Occidente, porque Él debe permanecer en la Duat. La puerta final, a través de la cual el dios sol emergerá sobre el horizonte, está guardada por Isis y Nephthys, en la forma de cobras.

Duodécima división/Escena de cierre

La escena final no se divide en registros como las anteriores. La duodécima división contiene solamente una representación, simbolizando el movimiento eterno del sol: La barca solar es levantada desde las aguas primigenias por las manos de NUN; en la barca el nuevo sol nace en la forma de escarabajo sagrado con el disco solar. Está colocado entre las diosas ISIS y NEFTYS y una tripulación de ocho dioses. Desde arriba, el disco llevado por el escarabajo es recibido por la diosa del cielo NUT, que está de pie en la cabeza de OSIRIS que personifica la DUAT. Un disco enfrente de la barca pasa a través de la montaña Oriental, fuera del viejo y dentro del nuevo ciclo de existencia. Las tres áreas del cosmos están aquí representadas; las aguas primordiales, la altura de los cielos y las profundidades de la tierra.



lunes, 10 de noviembre de 2008

Pérez Reverte....profético


Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en "El Semanal" el 15 de Noviembre de 1998.

"Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del ordenador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan, y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tiene que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nobel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, y meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, oh prodigio, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recae directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia, con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros y a veces con su puesto de trabajo Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza."