jueves, 27 de agosto de 2015

Estel





En un sueño, dictado por un dios ya olvidado, escribí en la superficie del agua. Escribí el significado de la canción del mar y sus olas, que canta del Destino del Mundo; escribí sobre el sentido del murmullo del viento entre los árboles, que habla del sino de los hombres; describí el relato secreto que escriben las estrellas en su vagar por el Cosmos, que narra la vida de los Dioses Verdaderos. Y también escribí sobre la esperanza.

¿Es la esperanza una doncella hermosa, que dibuja sueños por alcanzar y metas humanas y posibles? ¿O es una vieja sirena mentirosa, que empuja a los hombres a acantilados de fracaso y a caer en el desespero y la muerte al perseguir quimeras?

Cuando iba a grabar en mi mente su aspecto real, desperté. Y el recuerdo de su auténtico rostro se perdió para siempre.

domingo, 7 de junio de 2015

Mis escenas favoritas 12: "Amadeus" (Milos Forman, 1984)


No concibo la vida sin la música (¿alguien puede vivir sin música?), y he tenido la suerte de crecer en un hogar donde siempre se ha oído mucha. Desde el adagio de Albinoni a Iron Maiden, pasando por Beethoven y la zarzuela. Pero los entresijos de la composición musical siempre han sido para mi como un arcano, como un conocimiento secreto y en cierto modo mágico. Por eso esta escena de "Amadeus" (Milos Forman, 1984) es una de mis favoritas hablando de este tema, porque acerca un poco (manteniendo el misterio) de esa magia. Y desde esta escena, que vi con unos 14 años, me encanta el Confutatis y, sobre todo, la Lacrimosa.


Dedico esta entrada a mi hermosa Alicia, que pone cada día música en mi alma y promete enseñarme la magia (mi preciosa chica es cantante de ópera en París nada menos, no es por presumir. Bueno, si, qué leches). Es por ella que he vuelto a visitar al Tejedor después de demasiado tiempo. Te quiero, amor mío.

"Confutatis maledictis
flammis acribus addictis
voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis
cor contritum quasi cinis
gere curam mei finis."

"Rechazados ya los malditos,
y entregados a las crueles llamas,
llámame con los benditos.
Suplicante y humilde te ruego,
con el corazón casi hecho ceniza,
apiádate de mi última hora."