domingo, 30 de diciembre de 2012

Ese momento mágico...




...cuando un libro te atrapa. Suele ser un milagro repentino e inesperado, en una situación cotidiana, por ejemplo ojeando libros en una librería, o desayunando en casa junto a algún miembro de tu familia. Me pasó el otro día: llegué al salón con mi café, siendo sólo la media persona que soy por las mañanas antes de que mi cuerpo reaccione con la cafeína.Mi hermano estaba sentado junto al sitio que yo iba a a ocupar, y leía un pequeño libro de más o menos cien páginas: "Buenos días, ¿qué lees?" "Hola, un libro que me está gustando mucho y que casi he terminado, "Una soledad demasiado ruidosa" de un escritor checo". Yo pensé, "Bonito título". Los títulos de los libros son más importantes de lo que parece, porque te incitan a leerlos o hacen que huyas lejos, muy lejos. "No digas que fue un sueño", que acabo de terminar, me ganó por el título, como una mujer atrae por su apariencia al cruzarse con ella (y luego he descubierto su belleza interior, como una mujer fea que esconda un ángel dentro); lo contrario pasa con "La insoportable levedad del ser", pongo por caso. Puede ser muy bueno, pero así de primeras no apetece un mojón.

Me estoy yendo por los Cerros de Úbeda, o por los vados del Isen (dicho friki que queda menos viejuno). Terminé mi café cuando mi hermano ya se había ido, dejando el libro encima de la mesa. Lo cogí, lo abrí por la primera página, y se obró el milagro:



"Hace treinta y cinco años que trabajo con papel viejo y
ésta es mi love story. Hace treinta y cinco años que prenso
libros y papel viejo, treinta y cinco años que me embadurno
con letras, hasta el punto de parecer una enciclopedia,
una más entre las muchas de las cuales, durante todo este
tiempo, habré comprimido alrededor de treinta toneladas.
Soy una jarra llena de agua viva y agua muerta, basta
que me incline un poco para que me rebosen los más bellos
pensamientos, soy culto a pesar de mí mismo y ya no
sé qué ideas son mías, surgidas propiamente de mí, y cuáles he adquirido leyendo, y es que durante estos treinta y cinco años me he amalgamado con el mundo que me rodea porque yo, cuando leo, de hecho no leo, sino que
tomo una frase bella en el pico y la chupo como un caramelo, la sorbo como una copita de licor, la saboreo hasta que, como el alcohol, se disuelve en mí, la saboreo durante tanto tiempo que acaba no sólo penetrando mi cerebro y mi corazón, sino que circula por mis venas hasta las raíces mismas de los vasos sanguíneos."


Lo empiezo esta noche....

3 comentarios:

Nussca dijo...

Me acabo de enamorar, que belleza, es de lo mejor del tejedor, que disfrute!!

♥ Ana ♥ dijo...

La maravillosa perversión de la lectura. Que lo disfrutes, que te transporte, que te emocione, que te haga vibrar, que sea tan mágico como parece.

Besos

Anónimo dijo...

Francesca ha sentido lo mismo que el autor: cuando ella nombra a César éste penetra en su corazón y en su cerebro y circula por sus venas hasta el mismísimo origen de la sangre. Y allí se produce el milagro: se transforman en un único ser.