viernes, 26 de diciembre de 2008

El mito de los días epagómenos


En su origen, el año egipcio contaba tan solo con 360 días.

Según la leyenda, Geb (la Tierra) y Nut (el cielo) estaban tan unidos amándose que no quedaba espacio entre ellos. Esta situación enfureció a Atum (el primer dios que cobró forma, "aquel que vino a la vida por sí mismo", señor de Heliópolis, abuelo de Nut y Geb). Así que ordenó a su hijo Shu, dios del aire y padre de ambos nietos, que los separase.

Para ello, Shu se colocó sobre Geb sosteniendo la cabeza de Nut, de forma que no pudieran tocarse el uno al otro. Sin embargo, Nut había quedado ya embarazada. Atum, enfadado, le prohibió dar a luz en cualquiera de los 360 días que componían el año. Thot, dios de la sabiduría, nacido de Atum, decidió ayudar a Nut y para ello desafió a Khonsu, dios lunar que se encargaba de medir el tiempo, a una partida de senet (juego parecido al backgammon, muy popular en Egipto), pidiendo tiempo a cambio cada vez que venciese. Este dió tiempo y luz de luna por cada partida perdida, y ese es el origen de las fases lunares.

Así Thot ganó a Khonsu los cinco días epagómenos y el año tuvo desde entonces 365 días, de modo que Nut pudo dar a luz a sus cinco hijos: Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis.

¡FELIZ AÑO NUEVO! (Gracias a Thot, claro :-))

1 comentario:

Anónimo dijo...

De verdd de la buena que quieres que ponga mi comentario?

jusjus