domingo, 7 de junio de 2015

Mis escenas favoritas 12: "Amadeus" (Milos Forman, 1984)


No concibo la vida sin la música (¿alguien puede vivir sin música?), y he tenido la suerte de crecer en un hogar donde siempre se ha oído mucha. Desde el adagio de Albinoni a Iron Maiden, pasando por Beethoven y la zarzuela. Pero los entresijos de la composición musical siempre han sido para mi como un arcano, como un conocimiento secreto y en cierto modo mágico. Por eso esta escena de "Amadeus" (Milos Forman, 1984) es una de mis favoritas hablando de este tema, porque acerca un poco (manteniendo el misterio) de esa magia. Y desde esta escena, que vi con unos 14 años, me encanta el Confutatis y, sobre todo, la Lacrimosa.


Dedico esta entrada a mi hermosa Alicia, que pone cada día música en mi alma y promete enseñarme la magia (mi preciosa chica es cantante de ópera en París nada menos, no es por presumir. Bueno, si, qué leches). Es por ella que he vuelto a visitar al Tejedor después de demasiado tiempo. Te quiero, amor mío.

"Confutatis maledictis
flammis acribus addictis
voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis
cor contritum quasi cinis
gere curam mei finis."

"Rechazados ya los malditos,
y entregados a las crueles llamas,
llámame con los benditos.
Suplicante y humilde te ruego,
con el corazón casi hecho ceniza,
apiádate de mi última hora."